Historia de mi amiga Isabel
Isabel es una mujer de 35 años que vive en una pequeña comunidad rural de Ayacucho en Perú, ella es la cuarta generación de su familia que ha vivido en dicha comunidad.
El padre de Isabel era agricultor, no ganaba suficiente dinero para mantener a su familia. Su madre se dedicaba a las tareas del hogar y a cuidar de los hijos. Isabel tuvo que dejar la escuela a los 12 años para ayudar a sus padres a trabajar.
Isabel se casó a los 18 años y tiene dos hijos de 15 y 10 años. Su esposo también es agricultor, pero no gana mucho dinero. La familia vive en una pequeña casa de adobe con techo de paja. No tienen agua potable ni saneamiento ni internet; el colegio más cercano está a dos horas a pie, mientras que la posta más cercana, a una hora; con suerte sus hijos si podrán culminar el colegio.
Toda la familia trabaja duro, venden las hortalizas que cultivan a más de 3,000 msnm en las ferias dominicales y cuidan los animales de otras familias por unas propinas. Durante los últimos años, las constantes nevadas o sequías han arruinado sus cultivos. También intentaron criar cuyes y gallinas, emprendimientos que fracasaron debido a las condiciones climáticas adversas y los ataques de zorros y otros animales. No pueden acceder al sistema financiero. Están a tres horas en bus de Huamanga, la ciudad donde hay bancos y otras instituciones donde pueden realizar trámites como RENIEC, SUNAT, etc.
La pobreza no es una elección. Es un sistema que oprime a millones de personas en todo el mundo, incluidas Isabel y su familia. Culpar a las víctimas de la pobreza por su condición es una forma de ceguera colectiva que nos impide ver la realidad del problema.
Introducción
«La pobreza no es una falta de riqueza, sino una falta de derechos.»
– Nelson Mandela
En los últimos días, en Perú se ha vuelto a escuchar la frase “el pobre es pobre porque quiere”. Esta afirmación es muy frustrante para quienes conocemos o hemos estudiado de cerca las desigualdades que existen en nuestro país, desigualdades que se repiten en todo el mundo.
Según el Banco Mundial, en el mundo casi 700 millones de personas (9% de la población mundial) viven en la pobreza extrema, es decir, sobreviven con menos de 2.15 dólares al día. Un dato espeluznante: los niños representan la mitad de toda la población en extrema pobreza.
La pobreza extrema se concentra en los países en desarrollo, donde afecta a más del 40% de la población. En Perú, según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), en 2022 el 30.1% de la población vive en la pobreza; cifra que ha incrementado respecto a años anteriores en regiones como Ayacucho, Huancavelica, Cajamarca, Pasco donde la proporción de la pobreza está entre 39% y 43%. Además, existe una diferencia notoria entre la pobreza en las zonas rurales de nuestro país (41%) y las urbanas (24%).
Los datos cuantitativos alertan de la gravedad de la pobreza en nuestro país y otros del mundo. Diversos estudios e investigaciones han estudiado el fenómeno de la pobreza. Amartya Sen, Esther Duflo y Michael Kremer, ganadores del Premio Nobel de Economía, destacan por sus trabajos sobre el enfoque multidimensional de la pobreza y la desigualdad, así como sobre la eficacia de programas de desarrollo.
Contenido
La frase «el pobre es pobre porque quiere» se basa en la idea de que los pobres son responsables de su propia situación. Esta idea es inexacta por varias razones:
- La pobreza es un fenómeno complejo que está causado por una combinación de factores, incluyendo la falta de oportunidades, la discriminación y la desigualdad. Por ejemplo, las personas que pertenecen a grupos minoritarios, como las mujeres, las personas indígenas y las personas con discapacidad, tienen más probabilidades de ser pobres.
- La pobreza es difícil de superar. Los pobres suelen tener menos acceso a la educación, la salud y los recursos económicos, lo que les dificulta salir de la pobreza.
- La pobreza tiene un impacto negativo en la vida de las personas. Los pobres tienen menos probabilidades de vivir una vida saludable, de tener una buena educación y de alcanzar su pleno potencial. Por ejemplo, las personas que viven en zonas rurales o en barrios marginales tienen menos acceso a servicios básicos, como la educación, la salud y a empleo.
Romper el círculo vicioso de la pobreza puede tomar hasta tres generaciones en Dinamarca u otros países de la OCDE, las economías más avanzadas del planeta; en lugares como Canadá o España, cuatro generaciones; en Estados Unidos, cinco; en Francia, Alemania o Argentina, seis; mientras que en Colombia o nuestro país, el extremo opuesto, ¡harán falta once generaciones!
Por lo tanto, la pobreza es un fenómeno complejo que es causado por una combinación de factores, tanto estructurales como personales. La idea de que los pobres son responsables de su propia situación es errónea y dañina para una sociedad humanista y empática, como la que pretendemos o deberíamos ser.

Reflexiones finales
La pobreza es un reto para toda la humanidad, saber que existen personas que existen niños, ancianos, mujeres y hombres que mueren de hambre, debería desgarrarnos el alma.
Es urgente contribuir desde donde estemos y con las herramientas que tenemos, es urgente la acción comunitaria y exigir al Estado la ejecución de políticas eficientes. Hay muchas iniciativas que trabajan para ayudar a los pobres, como donar a organizaciones que trabajan en educación, salud y alimentación, o participar en voluntariados en zonas pobres. También podemos ayudarlos directamente.
A continuación, te presentamos algunas organizaciones que buscan voluntarios para desplegar sus actividades:
- Techo Perú: Desarrollan proyectos que mejoran las condiciones de hábitat y habitabilidad de las familias, para una mejor calidad de vida y fortalecimiento de las capacidades.
- World Vision Perú: Proyectos para mejorar la vida de niños, niñas y familias en situación de pobreza.
- Banco de Alimentos del Perú: Iniciativa para combatir el hambre y desperdicio de alimentos, trabajan recolectando comida en buen estado para repartirlas a nivel nacional.
- COPRODELI: Tiene como misión contribuir al desarrollo integral de los sectores urbano- marginales, zonas rurales; para eliminar la pobreza y la exclusión social.
- La plataforma PROA permite agrupar diversas iniciativas de organizaciones sin fines de lucro, en su web puedes encontrar diversas convocatorias de voluntariados.